Sunday, May 13, 2007

La felicidad, ¿dónde queda?

FOTO/AMANDITA PUIG SALINAS/LA HIJA DE UNO DE MIS HERMANOS DE LA VIDA.

Este post se lo debo a una charla con Blanca López, quien a pesar de pertencer a las nuevas generaciones, anda en el camino de encontrarse. (Recomiendo el blog en que funge como editora. Publican de cine en general y cine colombiano en particular: Alma Provinciana.

La felicidad ¿Tiene que ver con conseguir los logros que te has propuesto? ¿Estar en el camino no es suficiente?
Es que me da vueltas en la cabeza el tema de la libertad y de la felicidad de una manera recurrente. Es parte de la búsqueda en la que ando desde que el maldito Sabater apareció en mi vida con su Ética para Amador -ya, yo sé que no es el sumum de la filosofía moderna, pero qué le voy a hacer, debo darle el crédito-.
Pienso que en occidente -y más en nuestro occidente-, no hemos preparado a nuestras generaciones para filosofar sino sólo para obtener metas. Nadie se piensa a sí mismo y mucho menos dedica tiempo a plantear o plantearse preguntas que requieran de una respuesta elaborada.
Eso, para mí, ¡es una cagada! Porque la gente no se prepara para vivir la vida, sino para luchar por conseguir metas prestadas. Bueno, ¡y qué tipo de logros que nos pide este mundo de mierda en que habitamos! Bueno; Y en ese afán de llegar a las metas, la vida se vuelve una constante frustración en lugar de un goce ¿sabes?
No se trata de que no tener metas, sino de que es una ‘putada’ que el único momento de felicidad para un ser humano sea cuando las conquista. Una diminuta fracción de tiempo en relación al que ha invertido en alcanzarla.
En otras palabras: La felicidad se vuelve efímera. Se reduce a un momento, al día o el mes en que consigues lo que te impusiste hace mucho. ¡No fuimos educados para gozar la vida!... sino para sufrirla.
Por ejemplo: ¿Quién no ha estado feliz cuando sustenta su tesis de grado? ¿Cuánto duró ese momento? (puede ser cualquier otro ejemplo que simbolice el fin de un camino). Lo que digo es que estamos mirando pa'lante sin mirar el suelo que pisamos... ¡claro que hay que mirar pa'lante! Pero también hay que hacerse consciente del hoy que pesa en la construcción de futuro. Y en la medida que somos conscientes de caminar hacia el destino que deseamos, deberíamos gozar con el recorrido. Conseguir la meta pasa a ser un punto más del recorrido ¿no te parece? Y la felicidad en lugar de un momento, se vuelve un estado.
Ya, yo entiendo que en un mundo como el que habitamos uno tienda a pensar que la felicidad no es más que momentánea y que no hay nada qué hacer. Pero, a pesar de lo que parece, yo creo que existe. Jajajajaja. Yo sé, me quejo mucho del mundo en que vivimos, pero de verdad pienso que existe, pero no sabemos verlo. No hemos sido educados para eso.
El problema es que el entorno nos dice que la felicidad depende de otros o de las cosas que podamos obtener y no hay nada que se le oponga a eso. De ahí el peligro de que ni siquiera intentemos filosofar. No nos cuestionamos, no perseveramos, nos rendimos.
Pienso que lo que no se debe pretender es que la felicidad sea sinónimo de risa, que dentro de ella puede haber momentos de tristeza, de hecho debe haberlos, porque uno igual se enriquece cuando algo le afecta. Pero en la medida que aprendemos a hacer lo que nos lleve a nuestras metas, y a tener claridad de hacia dónde vamos, nos genera la convicción de estar en el camino, aunque haya momentos y situaciones que nos ‘caguen la onda’, ¿me explico? Vuelvo y digo, no eliminar las metas de nuestras vidas, sino que sean una etapa más del camino que recorremos, ese camino que nos vuelve conscientes y nos libera aunque eso implique sufrimientos. Pero ha de ser un camino que conduzca a ser alguien, un camino que nos permita mirarnos y descubrirnos, y que visualice el ser en quien deseamos convertirnos.
Es como una cárcel con laberintos... una trampa que nos embruja... en fin... no sé, ¡en eso ando!
Para muchas de las personas que conozco sé que la tranquilidad puede ser lo que más se parece a la felicidad, que al menos es parte importante para lograr la felicidad, porque la ansiedad y desasosiego es una sensación que se parece a la depresión, pero porque no estamos preparados para resolverlos. Me quedan dudas: A veces pienso que la PRUDENCIA es la que no nos permite ser felices ¡sabes?
¿Te sorprende esa palabra? Jejejejeje. Mira, es que nos decimos ¡pilas, no te entusiasmes!, esto es apenas una partecita, ¡Todavía falta mucho! Y eso equivale a ‘joderse’ un viaje antes de iniciarlo. Es como decir: ¡Listo, salimos para Indonecia! pero no te entusiasmes todavía, porque no has llegado. Cuando en realidad, ¡uno está feliz porque sale para Indonesia! ¿me explico?
Estamos acostumbrados a menospreciar lo que tenemos porque no nos miramos a nosotros mismos, sino a los que tienen lo que nosotros deseamos. Y deseamos lo que tienen no porque sea lo que en realidad necesitamos o nos puede hacer felices, sino porque un ‘otro’ (llámese televisión, mercado, sociedad o líder) nos dice que en eso consiste la felicidad. Y claro, es más fácil creerle que pensar por uno mismo.
No estamos preocupados por SER alguien, sino por TENER algo. Ese es el verbo que para quienes nos rodean se parece a la felicidad: TENER. El problema es que no TENEMOS argumentos para resistinos. Y eso: porque no sabemos nada de nosotros mismos, ni de la felicidad, ni de la libertad, y salimos a buscarlas fuera. Un afuera tan grande, que nos da miedo salir a encontrarlas.
Por eso pienso que es una cagada que no nos eduquen para filosofar, para preguntarnos, sino para repetir respuestas prestadas.
Ya sé… es tarde. Buen viento en la travesía.

Friday, May 04, 2007

¡No quiero saber!

























IMAGEN: CORTESÍA DE ARWASSA ESPECIALMENTE PARA ESTE TEMA(www.arwassa.blogspot.com)


Esta es una continuación del otro tema, así que siga y diga lo que piense... siempre y cuando, primero lo piense.