Friday, August 08, 2008

Un tipo raro


Sé que me consideran un tipo raro. Que a los 40 años no he ahorrado para tener un carro propio, la moto que tenía la dejé en un taller y nunca volví por ella, sin plata en el banco y no me he aferrado a ninguna de las posibilidades que me ha ofrecido la vida para obtener “estabilidad” (de la económica hablo).

Ni siquiera tengo un fondo de pensiones ni unos hijos que me manden a una casa de reposo en unos 25 años, cuando ande arrastrando las patas -mi única esperanza son mis sobrinos-.

Ese soy yo. Con los kilos de más suficientes como para que no renten mi cuerpo en ninguna casa de citas, y sin siquiera los planes de negocios que me permitan estafar a un millonario desocupado o una anciana con ganas de mí.

Raro. Sin deseos de una pareja estable y con el mal genio suficiente como para espantar a las pocas que se han atrevido a considerarlo.

Mi obsesión es la libertad, no la que me venden los sistemas predominantes en el mundo occidental, esa que no se adquiere en el gym de la esquina, ni la que te aliena frente al TV.

Puedo pasar tres meses sin probar un cigarrillo, pero puedo fumarme un paquete en dos días cuando estoy craneando algo, matizado con litros y litros de café.

Me gusta la buena vida, pero no a costa de cualquier cosa o de pasar por encima de nadie para obtenerla. Raro, ¿verdad? Puedo dormir muchas noches sobre un piso de tierra, en una hamaca, o en un colchón de esos que se adaptan a mi espalda. Comer en un buen restaurante o en el roto más roto de los que se encuentren en una ciudad: Lo disfruto igual. Para mí la buena sazón no depende de qué tan caras sean las ollas, y tiene mucho que ver con quién uno esté.

Tan raro, que cuando alcanzo algo que se parece al éxito conocido, lo abandono. Prefiero tratar de SER que HACER o TENER, aunque no le tenga asco al billete cuando llega producto de lo que me gusta HACER. De los tres, mi verbo es SER.

Sí, definitivamente soy un tipo raro, que por mucho que me guste una mujer, le peleo las cosas que no me convencen y no he aprendido a endulzar el oido para obtener ningún tipo de beneficios. En las relaciones afectivas no sirvo para eso. Sólo digo lo que pienso y lo que siento.

Raro… sí, soy un tipo raro que decide hacer las cosas porque considera que es necesario, aunque la “ilógica” del mundo diga otra cosa.

Pero con todo y lo raro que soy, me levanto por las mañanas (o las tardes, según cuánto haya trasnochado), me lavo la cara y me puedo mirar al espejo, aunque la conciencia me diga a veces que todavía no hago lo suficiente para lograr que las cosas cambien y haya más raros y raras en este mundo de mierda que alberga esta vida mía que encuentro maravillosa.

14 comments:

veronica said...

Debo aclarar que no te conozco, pero te he leído, y te empecé a leer en un momento que estaba my triste y me regocije en tus palabras. Cuando tu dices que eres raro, yo pienso que tal vez los raros somos nosotros, los que nos da miedo jugarnos por la vida y nos quedamos en nuestro cuadrado, los que buscamos una pareja y la conservamos "por no quedarnos solos" y aferrarnos a la seguridad de un contrato casi inquenbrantable. Lo normal debería ser vivir la vida a concho, con energía, sin miedo a nada. Pienso en la naturaleza y os animalitos y viven, y se enfrentan y disfrutan la vida como venga. Pero nosotros los seres humanos nos encapsulamos, nos protegemos y no queremos sufrir. Sigue viviendo como lo haces, saboreando cada minuto de la vida, Eso le sirve a peronas como yo, que viven un poco como tú y que se reconfortan en saber que hay algien que las puede entender, aunque sea un poquito.

Vero said...

Y a pesar de todo eso te creís rico? shaaa na que ver jajaja.

Asi es, eres un tipo raro, pero así raro y todo se te quiere hasta con las tripas.

Besos.

p.d. gracias por estar en los momentos que se te necesita.

Paco said...

Joder... y mira que solo opinan chicas... ay cesarcín!!!! todos os seres humanos somos muyyyy raros. bella tu autodefinición

César-in said...

VERÓNICA… ¿Quién conoce de verdad a otros? Casi siempre mostramos lo que queremos que crean que somos, pero en realidad somos otra cosa. La rareza de lo que cada uno es, depende de en qué ambiente nos movemos y de lo que queremos o debemos ser. Raro soy, según lo que predomina en el mundo, y si lo soy, bienvenido sea.
Eso de no querer sufrir está bien, digo yo, a la larga eso de ser felices no está nada mal, ¿no?
Un abrazote, me alegra que te asomes por aquí…

Veri-cueto… Siempre te he dicho que no tengo nada de rico, jajajaja, pero eres terca.
Y sé que lo soy (raro), creo que no podría ser de otra forma, de pronto por lo mismo se puede uno querer con gente maravillosa, que tampoco son el estándar de la normalidad (aunque en la pega lo crean).
Eres fuera de serie, y eso lo sabemos tod@s quienes te queremos. Me alegra saberte mejor con ese ánimo impenetrable y el rostro listo para seguir sonriendo.

Paco... Mi hermano, siempre listo para servir, como los scouts, de esa ralea rara para los raros es que quiero ser. Si hay con qué hacerlo, adelante, si no, el “cero milagroso” aparece cuando tiene que aparecer…
Mi abrazo, bro, de esos que nutren el corazón…

Anonymous said...

Este tipo de textos me llegan en el momento justo. Un abrazo pooooorquería.

Anonymous said...

Tu eres más raro que un perro verde o que un gato a cuadros, todavía crees que son posibles otros mundos; mundos en los que, como en éste, los amigos se encuentran y la vida se conversa. Un beso, me alegra que estés acá.

César-in said...

Boge... Otro gran abrazo para tí, me alegra que al menos llegue un texto que nos ayude a conversar… Me alegra que te pases por aquí.

Carolina... Me alegra tu comentario (asumo que este viene de Colombia por los dichos)… pero me perdonarás, conozco a unas 13 Carolinas haciendo cuentas alegres… ¿Cuál de todas eres tú? Bienvenida en todo caso… y aquí seguiremos dando lora, como dice otra amiga mía.

Anonymous said...

Que raro... no te habia visto tan raro antes...

Anonymous said...

Querido César:

He leído tu blogspot, y gran parte de lo que escribes me interpreta. Especialmente en lo relacionado al SER, definitivamente no necesariamente somos lo que hacemos, a veces hacemos cosas por satisfacer necesidades pero nuestro SER puede seguir intacto, incorruptible.....


Y el amor, y la felicidad.... son muy efímeros así que cuando se tiene hay que vivirlos y disfrutarlos al máximo mientras dure y después quizás recordarlos con los nietos cuando estemos viejos...... He tenido amores intensos, pero así como intensos ha sido también el dolor de perderlos...... Es la vida, esta ruleta que nunca se sabe dónde va a parar.

un abrazo, katia

Anonymous said...

Pues yo creo que elegiste tu camino, tal vez alejado de los clichés que no todo el mundo puede esquivar. Pero mientras mantengas la pasión, tanto por las cosas pequeñas como por las grandes, y seas tú quien decidas a que cosas quieres apegarte, tu vida será como tú la hayas inventado.

Eres el de la foto? Me encantan los sombreros!!

Un abrazo, me alegro del regreso.

Faracita said...

Raro?

No sé... consecuente hasta el tuétano, eso sí...

Hay qued ecir lo q se opina, querer con los defectos... querer los defectos sin ignorarlos...

Sin ser patiperra recién estoy experimentrando el arraigo... te cuento luego qué resulta! jjajaja!

No eres raro.. eres único... y eso siempre es bueno!
beso!

César-in said...

SILVIA… Lo que pasa es que tú eres más rara que pescado con orejas, por eso no me has visto raro antes, jajajajaja. Pero por eso es que te quiero tanto. Me encanta cuando te pasas por acá.

KATIA…
El problema es cuando el SER se sacrifica por hacer y tener, mi querida amia. No es tan fácil mantenerse incorruptible.
En cambio pienso que el amor y la felicidad son eternos, porque depende más de uno y lo que tienes dentro que de lo que pase con otros u otras a tu alrededor. Que no nos amen no nos inhabilita para seguirlo haciendo.
Un abrazo para ti también…

ARWASSA...
La vida es como la moldeamos, pero siempre habrá sorpresas que la hagan maravillosa. Sean estas de las duras o de las felices. El camino es el que uno escoge y así se va caminando para llegar a SER alguien.
¡También me encantan los sombreros!
Un gran abrazo para ti y me encanta lo que estás haciendo.

FARACITA... Raro, sí… para este mundo que nos trata de uniformar, pero tranquila que no me preocupa serlo. ¿Hasta el tuétano? Bueno, eso trato, pero no siempre lo logro, entonces he fallado en ese intento.
Y no creo que sea un defecto, pero quiero con todo lo que tengo porque es eso o nada.
Ya me contarás de tu arraigo. No estoy seguro de ser tan distinto en eso, lo que pasa es que mis territorios no son físicos, tal vez.
Gracias por lo que me toca… tú eres encantadora.

Anonymous said...

oye lindo texto hermano, lo unico es que, como toda alma de escritor, padecís de una vanidad inconciente; te han dicho que eres raro, o voh lo pensai? como empiezas "sé que me consideran un tipo raro"....en fin, yo sería igual que raro que voh, pero yo me siento más bien que la chucha con mis circunstancias, hasta que el tiempo expida su boleta...jajajja
grande mi gordi, talo

César-in said...

TALO... ¡Cómo te quiero, hermano! jajaja. De cualquier forma es que cualquiera que ose publicar, así sea en el más pequeño de los espacios, es que tiene una vanidad que le permite pensar que vale la pena que otr@s le lean.
Y es cierto, esa es la cara de la moneda que uno mira con cierta benevolencia.
De cualquier forma sí, me han dicho que lo soy, y soy conciente desde qué trinchera es que me lo han dicho... sólo que es un buen punto de partida para analizar lo que lo que predomina dice que son las cosas.
Un besote y gracias por pasarte por acáto.