Sunday, December 07, 2008

Cosas pequeñas

Clodomiro bebió litros de cerveza durante su partido de bolo criollo, como lo hacía casi todos los domingos. Luego cruzó el camino hacia el centro de capacitación campesina donde su esposa trabajaba media jornada el fin de semana, preparando la comida. Desde el cruce la vio hablando conmigo, que estaba con una pierna fracturada encima de una silla y prefirió esperarla.
Cuando salió, caminó tras ella unos 500 metros, en silencio, antes de asestarle el primer golpe con el machete. Planazos le llaman a los golpes que se dan con la herramienta por la parte ancha. Sun intención no era matarla, sino darle una lección. Con dos semanas en recuperación, ella de seguro aprendió. Aunque lo único que hizo fue ofrecerme el almuerzo en una bandeja.
No la alcancé a ver antes de que se le disolviera el morado de los ojos. Clodomiro no volvió a dirigirme la palabra. Se escabullía con cierta vergüenza cuando por casualidad nos cruzábamos cerca de la tienda donde estaba el juego de bolo criollo. Influyó que fue declarado persona no grata en el centro de capacitación, aunque no se hizo nada más al respecto.
En Santander, Colombia, la violencia intrafamiliar es parte de la vida cotidiana. Es una de las primeras cosas que decían en el año 98’ que se debían resolver para vivir mejor en las veredas cercanas de San Vicente de Chucurí y Barrancabermeja.
Quienes íbamos desde afuera, pensábamos que era necesario mejorar las vías de acceso, un alcantarillado, generar canales de comunicación, montar proyectos productivos. Pero la gente que vive su día a día, lo único que considera prioritario es tener una vida tranquila y solucionar problemas básicos.
A veces, nuestra compleja mirada de este mundo global nos hace olvidar que hay que resolver cosas mínimas para poder seguir con el paso siguiente -inundados de tecnología, canal por cable, celulares con o sin conexión a Internet, pero que al menos lo parezca-.
Al menos una de cada tres mujeres ha sido golpeada, obligada a mantener relaciones sexuales o sometida a algún otro tipo de abusos en su vida, según un estudio basado en 50 encuestas de todo el mundo*. Y bueno, nunca está de más decir lo que ya hemos escuchado hasta el cansancio: “El autor del abuso, en un alto porcentaje de las veces proviene de un familiar o un conocido”.
Una estadística escalofriante. Eso quiere decir que en mi salón de clases de primaria y secundaria, que se conformaba de 22 mujeres y 14 hombres, al menos 7 fueron víctimas de alguno de estas aberraciones.
¿Qué se hace ante esta realidad? A veces nos concentramos tanto en mirar los problemas globales, que no caemos en la cuenta de que las personas necesitan resolver su mundo inmediato, construir un mundo íntimo estable, generar una fortaleza, que le permita seguir viviendo para poder cambiar el mundo.
Cosas pequeñas son las que cambian el mundo. Cosas pequeñas son las que hacen la diferencia. Cosas pequeñas, que a veces son inmensas. Sembrar una semilla de autonomía, de libertad, puede hacer la diferencia de una vida, que puede influir en muchas vidas. Nacer en un lugar, de un vientre determinado, de la fecundación de un óvulo equis, son cosas que no podemos cambiar. Todo el resto, depende de nosotros.
Escuchar el tiempo necesario a un amigo, caminar bajo las hojas otoñales de parque forestal con la persona que lo necesita, mirar el cielo y dejarnos inundar por lo que nos dice, son cosas pequeñas, que marcan la diferencia. Que la vida sea una maravilla, depende sólo de nosotros.
Si Clodomiro hubiese tenido otra vida. Si Clodomiro cambió después de esa paliza que le hizo sentir vergüenza es algo que tal vez nunca sepa. Pero estoy seguro de que algo más de lo que hice, pudo hacer una diferencia.

*(www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=224617&IdxSeccion=)

10 comments:

Boga said...

Dijo la Madre Teresa una vez: "es tan poco lo que hacemos, apenas una pequeña gota en el inmenso mar, pero si esa gota no estuviera, faltaría para siempre"
Cuando a mis talleres estan asistiendo los gitanos, me pregunto con demasiada frecuencia si lo estaré haciendo bien, si estan aprendiendo algo que les sirva para vivir integrados en la sociedad, Para ello procuro buscar estrategias de aprendizaje motivadoras, entretenidas, pero me arrepiento de hacerlo, cuando veo que al lavarse las manos antes de trabajar, se asombran de que por el grifo salga agua caliente... entonces, los dejo un largo rato disfrutando de ese pequeño milagro a sus ojos y les pido que me enseñen cómo cortan la uva o cosechan las papas.

Christiane Lelièvre said...

¡Como te agradezco esta notica! Yo que le he apostado a estas pequeñas cosas de la vida que son tan importantes porque marcan la diferencia. Desde la Fundación Mujer y Futuro tenemos muchas discusiones y diferencias acerca de si lo que "vale más" es lo grande, masivo, participativo, político o "lo otro", casero, personal (que también es político); En general, concluimos que "todo vale", pero yo me quedo con lo pequeño/importante. A veces la pelea es dura con las agencias de cooperación interesadas en la cantidad y lo de mostrar más que en estos cambios personales que le aportan a la "felicidad" de cada cual, dándole así interés y fortaleza para "cambiar el mundo" si se deja...
Abrazos
Christiane

veronica said...

César: A uno s e le olvida Un granito de arena más un granito de arena construyen una playa. La educación nos hace avenzar, nos da libertad y nos da la herramienta para viajar a otros mundos. El despertar para mujeres y hombres y niños que han sido víctimas de violencia puede ser doloroso, pero necesario. Gracias por esta reflexión

César-in said...

Boga... Yo me pregunto si será bueno que los gitanos se integren a esta sociedad, o a esa, que es peor. Tal vez habría que hacer talleres para que la sociedad aprenda que no hay que integrar todo lo que nos circunda a una ilógica que no convence. Una supuesta lógica que teme a lo que desconoce y a lo que no se le parece.
Gracias por pasar… un abrazo.

Christiane... ¡Cómo te agradezco que andes siempre pendiente! Siempre recordaré un día, hace más de 10 años, cuando en medio de una discusión (de esas enriquecedoras que se suelen tener en tu casa), te dije: ¡Pero si las relaciones humanas son relaciones de poder! Y tú me respondiste: ¡Sí, las relaciones humanas son relaciones de poder!, pero tú y yo que lo sabemos, tenemos que hacer algo por cambiar eso.
Y claro, esas pequeñas cosas por las que apuestas, cambian muchos mundos, que se contagian y hacen de otros mundos un lugar más habitable. Un abrazo de los grandes. Gracias por estar siempre presente en mi vida.

Verónica... A mí, al menos, no se me olvida que trillones de granitos de arena conforman una playa. Lo que no estoy tan seguro es de que la educación nos haga avanzar. Tampoco estoy convencido de que nos ofrezca libertad o nos brinde las herramientas para viajar a otros mundos. Al menos con la mirada utilitarista de la academia que domina el mundo.
En general, la academia de hoy en día, no construye puentes hacia la sabiduría sino hacia la alienación de la conciencia. Nos induce a repetir los esquemas, a hacer parte de ese mundo ‘productivo’ que requiere el mundo para avanzar… aunque las crisis de los países que lo promueven, tiendan a ser asumidas por todos los demás (para muestra el botón de lo que sucede hoy en día).
Gracias por pasar por acá, brazos y buen viento…

Anonymous said...

César-in: Hace tiempo deseaba colgarte algún comentario. Me encanta tu perfil... Totalmente
convencida de que la vida es la
suma de pequeñas cosas. El construir un mundo íntimo estable
y coherente es imperativo.
También pienso que nos llevamos
sorpresas al querer "integrar"
a quienes tienen muchas cosas
que contarnos.
Casi he caminado ese sendero
de hojas otoñales, mirando el
cielo que aún nos asombra...
Cosas pequeñas, pero maravillosas.

César-in said...

Baby... Hace tiempo que estabas por colgar un comentario, dices... ¡Y a qué debo el honor? No estoy seguro de que nos conozcamos, pero me alegra que pases por acá.
La verdad es que hubo etapas de mi vida en que todo lo que se hacía era pensando en macro cambios. Un día me di cuenta que los cambios que uno no hace dentro de sí nunca se consolidan en la sociedad. Uno debe transformarse para transformar el entorno inmediato y así ir expandiendo la onda que se tome el lago entero, que contagie y se propague. pero hay que creer que es posible, aunque sepamos que el mundo es una mierda, vale la pensa saber que la vida es maravillosa. Abrazo y bienvenida (o).

Anonymous said...

Cesar-in: Te conocí a través de
nuestro amigo Paco. Leía siempre
tus comentarios y de allí se debe
el interés. La vida es realmente
maravillosa. Ya de ella he vivido
una inmensa parte o sea que vengo
de regreso de conocerla y saborear
su acibar y su dulzor.
Me gusta como escribes y me gusta
observar, desde mi palco de preferencia, cuanto esperas o temes
de ella, con ojos que aún tienen
la capacidad de asombrarse.
Baby

César-in said...

Bueno, Baby... bienvenida por acá y espero que no te canses... buen viento.

Anonymous said...

Querido: esto no es nuevo, y yo me pregunto al igual que tu cuántos de nuestros compañeros habrán sido víctimas de algún abuso, no sólo físico sino que talvez también psicológico. Hoy en Chile, se hacen múltiples campañas en contra de la violencia intrafamiliar, la que es más publicitada en los sectores de medios y de bajos recursos, pero que sucede de igual modo en sectores de altos recursos, dónde se esconde, tal vez por verguenza.
Quizás, alguna vez fui víctima de algún abuso y mi mente lo ha bloqueado. Sólo tengo recuerdo de algo próximo ocurrido hace unos 6 años donde un tipo, el más desgraciado que he conocido, me acosó laboralmente por estar esperando mi segundo hijo. Yo, me mantuve firme hasta el final, pero no di batalla, porque, quizás, al igual que otras mujeres, callé pensando que no podría ganar ante un ser sin sentimientos. Cuántas mujeres, niños y también hombres callan escondiendo el abuso sufrido? ya sea por verguenza, dolor o simplemente por darse por vencidos.
Yo he enseñado a mis hijos que deben confiar en mi, para que me cuenten cualquier cosa que les pase y no guarden ningún dolor que más que físico (que se pasa) es un dolor en el corazón que permanece y no se borra.
Dios nos libre de todo abusador......

César-in said...

Katia.., a veces la resistencia es una forma de lucha más inteligente que estrellarse contra las paredes. Pero hay que dar esas luchas que evidencien lo que pasa en el mundo o seremos cómplices de lo que siga pasando.
“El silencio y el miedo no son más que una muerte lenta”, dice la canción de un grupo colombiano, y yo pienso que es una frase muy certera. Hay que saber cómo vencer la muerte lenta, pienso yo. Por eso considero que la opinión está coja si no viene acompañada de la acción. Y nadie puede dar una pelea que es nuestra.
De los abusadores, mejor nos libramos nosotros… buen viento y gracias por pasar, amiga mía.