Saturday, December 20, 2008

Los aparatos y la noche buena

Estas son las luces que prefiero... Este es un atardecer con vista al restaurante giratorio en Potosí (Bolivia, 20 de dic 2008).



Luego de meses en esta lucha, al fin me enfrento a mi nueva máquina de computadora. Uno se va volviendo dependiente de los aparatos, se va dejando enredar de tal manera que no sabes cuándo ya estás atado a tal punto, que una parte de ti se desvanece y se limita la energía cuando te falta esa extensión.

Los computadores por ejemplo, ahora son herramienta crucial para la comunicación e incluso la socialización. Pero al mismo tiempo -al menos en el mundo que me muevo-, sirven como extensión de la memoria y los planes que se van hilvanando en la medida que uno se enamora de las cosas que hace para vivir o, en el peor de los casos, para subsistir.

Los aparatos nos inundan. El celular, por ejemplo, mi primo se conecta al msn a través de su BlackBerry en el baño de la oficina porque la red de la empresa está bloqueada por motivos de seguridad. Un amigo pasa con la cabeza agachada en cualquier tipo de reunión, social o laboral, contestando correos electrónicos de trabajo y parece que no tiene otra vida fuera de los días de descanso que se toma de cuando en vez.

Pero los aparatos que más me preocupan son los que nos encadenan de maneras más sutiles. El aparato del Estado, el del sistema, el que se arma en el trabajo y teje redes que nos esclavizan de manera tal que accedemos de manera voluntaria. El de la propaganda, el del consumo.

Cedemos como corderitos a los que se nos impone la ilógica del mundo, pero cuando tratamos de liberarnos, de manera inocente… ¿Inocente? ¡Inocente!... (perdón por el paréntesis). Pero cuando tratamos de liberarnos de cualquier manera, casi siempre hay una nueva trampa en que caemos.

En estas fechas, cuando el consumo se impone. Cuando el deseo de los niños ya no se limita a la bicicleta que queríamos cuando niños para salir a pedalear (fuera la que fuera), o el balón de fútbol (sin marca, lo importante era tener qué patear con los amigos), o la pelota de playa de mi hermana cuando tenía 8 años, de género y muchos colores (fue el año del golpe militar en Chile).

Mi sobrino me comentaba en la tarde que le pidió un Fly Tech a sus padres, y que no le pusieron atención. Estoy seguro que fue la típica estrategia de padre de hacer como que no escucha y que la noche de Navidad él abrirá emocionado el único juguete que quiere para esta Navidad. Mi sobrina en cambio (dos años menor), me dijo que sólo pidió un libro y un peluche, que no se le ocurría qué más pedirle al Viejito Pascuero (San Nicolás o Papá Noel en otras latitudes)… quién sabe cuánto tiempo más le dure esa ausencia de ambición.

La gente se angustia, los padres quieren que sus hijos no se sientan atrasados respecto de sus congéneres. Ver que el niño y la niña no pueden estrenar ropita en estas fechas es una angustia. Y los aparatos, estructurales y las cosas nos cercan. Nos angustiamos y la fecha que debe ser alegre se limita a los minutos en que los vemos abrir los regalos… todo el tiempo previo corrimos, nos tensionamos, nos sentimos en la obligación de responder al consumo de todo. De la información, de la publicidad, de las cosas.

Pocas personas comprenden que me de lo mismo la Navidad. Es decir, si pudiera compartirla con mis sobrinos abriendo sus regalos, obvio que lo disfrutaría igual. Lo disfrutaría muchísimo en realidad. Su cara feliz y la emoción de romper el papel de regalo me emociona cuando los he podido observar haciéndolo… no me puedo poner completamente al margen de este mundo, lo confieso.

Pero de lo contrario prefiero la soledad. Lejos de esa farsa de la espiritualidad invadida de consumo. De la imposición de la competencia y al amor vuelto objetos. De cualquier modo, jo, jo, jooooooooooo… que sea una feliz noche buena.

8 comments:

Anonymous said...

En fin.. cada uno tiene sus propias perspectivas de lo que acontece por estas fechas, supongo que segun las experiencias previas vividas en dias festivos como estos, a pesar de todo el consumismo veo que eres un ser humano y tambien "sientes" que en estos dias a pesar de las grandes diferencias que existen entre nuestra generacion y la actual... siempre queda el espíritu de la navidad, un fuerte abrazo y un sincero Feliz Navidad.

Javier Gutiérrez
(someone from Peru)

veronica said...

Yo creo que tenemos que pararle a esto de hacer de la navidad una fiesta del consumo, regalemonos cuando queramos, regalemonos momentos, abrazos y alegría, sueno medio cliche, pero la verdad es que cada día creo que la vida hay que vivirla como si fuera el último y es mejor regalar una buena conversación en lugar de un regalo caro que nos ha costado quedarnos horas extras. En todo caso feliz cumpleaños para todos...porque eso es el cumpleaños de jesús...

César-in said...

JAVIER… Pienso que los seres humanos tenemos la maravillosa facultad de sentir diferente y de emocionarnos con cosas diferentes. El problema que solemos tener, es que consideramos válido sólo lo que se parece a lo que nosotros sentimos o valoramos.
Nos cuesta entender que alguien no se emocione con las mismas cosas que nosotros, o que no comparta las mismas creencias. Es más fácil descalificar que ponernos en el lugar del otro.
Sí disfruto de esta fiesta, cuando están mis sobrinos. Todo lo que le genere alegría a los ‘peques’ para mí es válido, pero de lo contrario, considero que es un día como cualquier otro. El espíritu que se espera que tengamos en Navidad, es algo que debería estar presente en nosotros todos los días del año.
Mi abrazo para ti, gracias por pasar esta, tu primera vez y espero que se repita…

VERÓNICA… La vida es un regalo y en eso concuerdo contigo. Cada día que pasa debería ser una posibilidad para expresarnos, sobre todo con los seres que amamos. Pero no somos de esa naturaleza, requerimos de fechas y cosas que nos ‘obliguen’ a sacar lo que tenemos dentro, sobre todo cuando es positivo. Y bueno, respecto del cumpleaños, el mío es en mayo, pero gracias de todos modos… Un abrazo.

Anonymous said...

Querido César: si, me ves seguido por estos lados y espero seguir comentando tus palabras y leyendo las diversas reacciones que provocas...
En cuanto a la navidad, es verdad lo que dice Verónica, depende mucho de lo que nos ha tocado vivir, en mi caso,que he vivido algunas pérdidas importantes y que además provengo de una familia muy aclanada,lo importante es el significado de ésta "el cumpleaños de Jesús", eso celebramos y mis hijos (de 6 y 9 años) son los invitados principales en esta celebración, cada uno debe ofrecer un regalo a Jesús, pero obviamente no un regalo material o quizás si, al compartir sus cosas con otros niños que tienen una situación diferente a la nuestra. No soy de las que corra por los regalos, es verdad, no lo niego compro algunos para mi familia, pero no ando peleando en la calle por lo que esté de moda. Generalmente, con los niños nos preparamos, hacemos los adornos del árbol, los niños dibujan las tarjetas que enviaremos, trato de vivir la fecha en familia. Últimamente, me he recluído aún más en mi casa, estoy quizás como hermitaña, no tengo ganas de salir, me molestan las multitudes y el ruido, será que vivo rodeada de ruidos y gente y necesito la paz de mi hogar.
Hay que vivir el espíritu navideño, y como bien dices, a veces es más fácil si tienes niños a tu lado. No hay que perder el norte, ¿qué celebramos?. De eso depende el cómo lo hagamos.......

Anonymous said...

Mi padre criticaba la navidad. Alguna vez se animó y compramos algo para cenar, unos pedazos de Galantina, la pusimos a freír y se desbarató, no sabíamos que se comía fría. De esa manera los cumpleaños, los grados, el día del padre, nada se celebraba en casa. He pasado navidad solo con el humo, solo con los recuerdos de él, solo y en una ciudad de 8 millones de habitantes.

Los años han pasado, no le pido nada al Divino, no le pido nada a mi mamá, menos a mi padre que murió hace un tiempo.

Para todos y todas… Feliz 22 de diciembre, feliz mañana, feliz almuerzo, feliz comentario publicado, feliz blog, feliz cruce de frontera, feliz consignación a City Bank, feliz robo en la décima, feliz pavo descompuesto, feliz licor adulterado, feliz desalojo de espacio público, feliz empujón en el transporte publico, feliz demora en el pago del puto salario.

No podemos ser tan positivos, no comulgo con los secretos metafísicos de la felicidad, es lo que siento, es lo que respiro, hoy, ahora.

César-in said...

KATIA… Me parece fenomenal que cada familia se haga de tradiciones que cuidar y disfrutar. Me encanta cuando hay niños en estas fiestas.
Espero que lo pesen bien y sigan disfrutando lo que son.

PAPUCHIX… Gracias por pasar. Por compartir ese pedazo de vida que explica lo que sientes hoy, ahora. Asumo que en alguna parte hemos cruzado nuestros caminos y en algún momento sabré dónde y cómo…

Paco Gómez Nadal said...

ya quisieras tu estar solo huevón. Estamos juntos, insisto.Lo de las distancias es un pequeño detalle geográfico.

César-in said...

PACO... El corazón siempre está acompañado, mi hermano. Y la vida está para que la vivamos.